Necaxa 4 x 3 Santos
Data: 02/02/1961, quinta-feira.
Competição: Torneio Pentagonal Cidade do México – 1ª rodada
Local: Estádio Olímpico Universitario, Cidade do México.
Gols: Dante Juárez (02-1), Agustín Peniche (11-2), Pepe e Coutinho (31-1); Guillermo Ortíz (06-2), Pepe e Dante Juárez (34-2).
NECAXA
Jorge Morelos, Héctor González Larrasolo, Pedro Dellacha, Pedro Romero, Tomás Reynoso, Reynaldo Giacomini, Alberto Baeza, Alberto Evaristo, Dante Juárez, Guillermo Ortiz e Agustín Peniche.
Técnico:
SANTOS
Laércio; Dalmo, Mauro, Zé Carlos; Zito e Calvet; Dorval, Mengálvio, Coutinho, Pelé e Pepe.
Técnico: Lula
La noche que el Necaxa venció al Santos
Ha sido uno de los más grandes triunfos del futbol mexicano.- Los electricistas ganaron 4-3.- Los brasileños no pudieron, con todo y que jugó Pelé.
Ya han pasado 49 años, pero para muchos que lo vivimos, parece que fue ayer. Fue el 2 de febrero de 1961, cuando el balompié mexicano se cubrió de gloria con la victoria del Necaxa, 4-3, sobre el poderoso Santos de Brasil, equipo que traía en sus filas “nada más”, a Pelé.
Esa noche un inspirado equipo rojiblanco se impuso al que se consideraba el mejor club del mundo. Y lo logró en el estadio de Ciudad Universitaria, con todos los honores, dentro del torneo Pentagonal Internacional, de aquel año. Ese triunfo será por siempre bien recordado.
¡GANÓ EL NECAXA! El ejemplar de ESTO del viernes 3 de febrero de 1961 daba cuenta del resultado de la noche anterior: ¡Ganó el Necaxa!, era la cabeza principal, en tanto que el balazo señalaba: “Contra todos los pronósticos, y enloqueciendo a la muchedumbre”.
En interiores, en la página cuatro, la crónica de Antonio Huerta decía: “El Necaxa impuso al Santos su primera derrota del año”. El balazo: “Convirtiendo el estadio en manicomio gigantesco”. Un recuadro para el recuerdo: Goles del Necaxa: Juárez (2), Peniche y Ortiz. Por el Santos: Pepe (2) y Coutinho.
La crónica
Esta fue la crónica del partido: “¡Hacer cuatro goles al Santos! ¡Obligar al fabuloso equipo a dar desde los primeros minutos todo lo que tiene! ¡Tenerlo siempre debajo o peleando furiosamente en esfuerzo frenético para alcanzar al equipo mexicano! ¡No permitirle nunca que se adelantara en el marcador! ¡2-0 en diez minutos; 2-2 al concluir la primera parte; 3-2 apenas empezada la segunda; 3-3, empate conseguido ejecutando un penalti, y 4-3 finalmente, sosteniendo este marcador durante más de 20 minutos, para terminar a tambor batiente, arrinconando en su área a los monstruos del futbol, obligándolos a defenderse desesperadamente para impedir que su humillación fuera más grande!.
“Eso hizo anoche el Necaxa, haciendo sufrir al Santos la primera derrota de su actual gira y enloqueciendo hasta el delirio a la muchedumbre que abarrotó totalmente el gran estadio”.
Dos manadas de tigres
“Heridos en su amor propio los rojiblancos, por los comentarios que se habían hecho, fue evidente que salieron a realizar la hombrada, a meternos a todos por la garganta la desconfianza.
Se lanzaron al ataque desde el primer momento. Consiguieron su primer gol a los dos minutos. Estalló el alarido ensordecedor. Siguieron en su empeño viril, sin dar tregua ni pedirla. El gentío se volvía loco. Cayó el segundo gol y aquello fue el delirio.
¡Costaba trabajo creer lo que estábamos viendo, lo que honradamente no habíamos esperado!. Sacaron del arcón velocidad, arte, empeño, los visitantes. Repuestos de la tremenda sorpresa, impusieron su dominio; pero a veces parecía imposible romper la barrera que encontraban, el acoso de los que tan pronto acometían como cercaban al que intentaba avanzar.
Lograron igualar los números los brasileños; pero otra vez tomaron ventaja los rojiblancos y comprendieron los visitantes que no bastaba el virtuosismo, la técnica, la elegancia. Sacaron también sus garras y fueron ya dos manadas de tigres en celo, peleando.
Cayó en la batalla Pelé, y aún sin él, alcanzaron por segunda y última vez al equipo mexicano. Pero ya no era la orquesta sinfónica ejecutando una maravillosa sinfonía; eran fieras contestando a otras fieras que sentían la presa entre sus garras y no querían soltarla. Se hizo rudo el juego a ratos. Demasiado rudo.
No hubo miramientos en unos ni en otros. Se alternaban los alardes técnicos, y las patadas o los codazos. También en esto son maestros los paulistas. ¡Pero tampoco cedieron los nuestros! Todo a velocidad fulgurante.
¡Noventa minutos sin que ni uno solo decayera!, enfrascados en un combate sin respiro ni tregua, que dejó destrozados los nervios y las gargantas de los espectadores!
Corazón y técnica
No crean ustedes que en el fragor de la pelea fue olvidado el futbol. Los brasileños hicieron algunas cosas maravillosas y dibujaron en sus avances una geometría perfecta.
¡Pero el equipo mexicano no fue menos, y además de mantener sólidamente organizadas las trincheras se “desdoblaban” con frecuencia, atacando con rapidez, a base de combinaciones que varias veces nos parecieron perfectas y debieron también parecérselo a los “paulistas”, que se revolvían iracundos, y en más de una ocasión perdieron la cabeza.
Ellos funcionaron con Dorval y Coutinho en la punta, ligeramente retrasado Pelé, creando problemas con cada uno de sus pases y aproximadamente a su altura el cañonero Pepe. Más atrás Melgalvio, apoyado por Zito, y la defensa fuerte, buscando darle pases precisos a medios y atacantes. Por el Necaxa, Reynoso y Juárez le ponían dificultades a Pelé.
Adelante, Alberto Baeza y Agustín Peniche por las bandas ponían la velocidad, y mandaban centros y pases para Dante Juárez, Alberto Evaristo y el “Chatito” Ortiz, que ponían el peligro en la puerta de Laercio. Buen futbol, con el mérito a la velocidad a que fue forjado. Pero más que futbol, hombría, ansias de victoria en el equipo mexicano, y afanes furiosos en los brasileños, para no ser derrotados.
Los goles
1-0: No se habían completado los dos minutos de juego. Pase adelantado de Giacomini, lo empuja un poco más el “Chato” Ortiz, galopa Juárez tras el balón, inicia la salida el portero, pero no le da tiempo. Lo cruza con disparo raso. Tiro de Baeza al poste.
2-0. Un centro. Lo ejecuta Evaristo con mucha malicia y mucho temple. Salta el diminuto Peniche y con un cabezazo manda el balón a las redes. ¡Delirio!, van once minutos.
2-1. Pepe se le escapa a Larrazolo, y manda uno de sus característicos tiros rasos. Cuando Morelos se lanza el balón ya está en las redes.
2-2: Angustia. Ataques brasileños. Pelé mueve la danza. Dispara Coutinho, rechaza una pierna. Tira Dorval, intercepta otra, se eleva la bola, y al bajar cabezazo de Coutinho para el empate. Iban 31 minutos.
3-2: Reynoso adelanta el balón. Lo toma Dante Juárez, lo filtra entre una maraña, lo toma el “Chatito” Ortiz que dispara anotando, a los 6 minutos del segundo tiempo. Choque entre Pedro Dellacha y Pelé, y el mejor jugador del mundo sale lesionado.
3-3: Pepe atiza un disparo con el talón. La bola va a entrar, el “Fu” Reynoso se lanza como portero y detiene el disparo. Penalti que decreta el árbitro Ramiro García. Lo anota Pepe con uno de sus característicos rayos. Pelé no regresa tras la lesión, y lo sustituye Pagao.
4-3: A los 34 minutos toma la ventaja definitivamente el equipo mexicano. Avanza el “Chatito” Ortiz. Abre a la banda derecha, donde Alberto Baeza toma la pelota y avanza y centra. Recibe Alberto Evaristo, que retrasa para Dante, éste se filtra, dispara y anota.
Créditos:
Blog Pasíon Rojiblanca: http://necaxa.blogspot.com.br/2010/02/la-noche-que-el-necaxa-vencio-al-santos.html
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